En este artículo vamos explicar cómo sacar el mayor rendimiento a los compresores de tornillo y conseguir un gran ahorro energético. Para ello, debemos tener en cuenta cual es el factor principal que repercute en su eficiencia, las altas temperaturas.
Con relación a los motores eléctricos, cuanto mayor sea su temperatura de trabajo su eficiencia disminuirá, lo que se traduce en mayor coste eléctrico.
En cuanto a la parte de compresión del aire, sabemos que la densidad del aire varía según su temperatura, por lo que un compresor que aspira un aire más fresco, necesitará menor tiempo de trabajo (ahorro energético) que otro que comprima aire más caliente.
No olvidemos que la alta temperatura de funcionamiento de un compresor puede derivar en paradas inesperadas, desgaste prematuro o averías.
Una vez aclarados estos conceptos, vamos a exponer una serie de acciones a realizar sobre los puntos clave, que nos darán el mejor resultado para reducir lo máximo posible la temperatura de trabajo del compresor y conseguir la mayor eficiencia posible.
Ubicación: colocar el compresor en una sala evitando lo máximo posible la exposición solar, además de proteger la sala de la entrada de suciedad.
Ventilación: añadir ventilación forzada en la sala para evacuar el calor estanco. También se puede dirigir mediante conductos la salida de aire caliente del compresor hacia el exterior de la sala.
Limpieza: mantener regularmente limpios el filtro externo de entrada de aire al compresor y el radiador de aceite interno del mismo.
Mantenimiento compresor: sustituir aceite, filtros, correa y otros elementos del compresor a las horas recomendadas, además de revisar el nivel de aceite regularmente.